Una de las opciones que ofrecen las energías renovables, ante la continuada subida de la luz, son los paneles solares, pero, ¿Son rentables?
La factura de la luz no ha dejado de subir en los últimos meses y muchos consumidores se plantean el uso de las energías renovables para ahorrar en el gasto de electricidad.
De 2008 a 2015 la factura eléctrica ha pasado de los 515 euros a los 792 euros anuales, una subida del 53% en el peor momento para la sociedad española.
Una de las opciones que ofrece este tipo de energía son los paneles solares, pero, ¿Son rentables?
La inversión inicial en la instalación de los paneles es elevada, por lo que la amortización de este tipo de inversiones se calcula en un periodo de tiempo prolongado a lo largo de los años, recuerda BBVA.
La fiscalidad no ayuda
Aunque el autoconsumo no está grabado con impuestos, el conocido como impuesto al sol, lo cierto es que tampoco se incentiva fiscalmente. Es en el caso de tener un exceso de producción y querer vender dicha energía sobrante a la compañía eléctrica donde ha dejado de ser rentable. Los costes añadidos de mantenimiento de la red, así como los impuestos por la producción de energía, evitan que los consumidores tengan la tentación de instalar más paneles de los que realmente necesitan.
El límite para no pagar impuestos por el autoconsumo está en los 10 kW.
Un ahorro importante a largo plazo
La instalación de paneles solares sin baterías puede rondar los 600 euros, para una potencia de 245 W. La producción anual con este tipo de placas sería de unos 350 kWh al año que sería lo que nos ahorramos, lo que tendríamos que multiplicar por el coste del kWh que varía en función del tiempo. Puede estar alrededor de los 55 euros al año, según calcula BBVA, por lo que el plazo de amortización serían 11 años.
La placa solar tiene una garantía de 25 años, de modo que el ahorro total que nos supondría su instalación sería de 770 euros en 25 años.
Según los datos de las propias compañías eléctricas, se pueden reducir los gastos alrededor de 500 euros al año, con un ahorro de 36% de la energía consumida, suministrando la mayor parte de dicha energía consumida en un hogar entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde.
Las baterías nos permiten reducir la potencia contratada con la compañía suministradora. La energía acumulada se utiliza de forma complementaria cuando tenemos picos de potencia, permitiendo contratar una inferior, con el consiguiente ahorro anual. Esto implicaría un coste adicional en forma de impuesto. Sí resultan muy rentables si no estáis conectados a la red eléctrica, ya que permite la independencia energética. Tampoco habrá que pagar ni tarifa fija ni gastos corrientes, sólo los derivados del mantenimiento de la instalación.
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