“El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender”. (Plutarco)
Pamplona respira historia, cultura, tradición. Y tecnología. En el corazón de Navarra, en el municipio de Sarriguren, a escasos minutos de la capital, accedo al interior de un cerebro gigante. Se trata del más grande del mundo dedicado a las energías ‘limpias’.
Su nombre es Cecoer, siglas del Centro de Control de Energías Renovables de Acciona. Observo desde el vidrio de una sala contigua elvideowall que preside el centro de trabajo. Impresiona el mapa del mundo proyectado y los centenares de números y gráficos que cambian con cada parpadeo.
Así es el cerebro que recoge, cada segundo, los datos que llegan desde sus instalaciones repartidas por 18 países; el que analiza toda la información y envía las señales adecuadas para actuar con eficacia. Si el cerebro humano coordina nuestros movimientos, el cerebro de las energías renovables, el Cecoer, hace lo propio con 400 instalaciones sostenibles.
Su director, Santxo Laspalas, asegura que es como un ‘Gran Hermano, porque nada escapa a sus ojos. La realidad va más allá. El Cecoer es un auténtico cerebro que trabaja sin descanso detrás de gestos tan sencillos como encender una luz o enchufar un electrodoméstico. Y no puede fallar. Si esto ocurre, hay que actuar con rapidez. “La producción eléctrica de las instalaciones gestionadas por el Cecoer equivale al consumo de más de ocho millones de hogares en todo el mundo”, puntualizan desde la compañía.
Para Acciona, las renovables son una fuente de energía del presente. Los datos avalan esta postura. Según Red Eléctrica de España, el sol, el agua, el viento y la biomasa aportaron en el 2015 el 37,1% de la producción eléctrica en España, por delante de otras fuentes como la nuclear, el carbón o el gas.
Un equipo de 70 profesionales trabaja en el Cecoer para garantizar que el conjunto de instalaciones repartidas por el mundo funcionen correctamente para dar respuesta, sin excepción, a las demandas energéticas de millones de personas. En este cerebro gigante, los operadores son las neuronas. Cada profesional, dotado de la tecnología más puntera, recopila continuamente millones de datos.
Y actúan. “Así tratamos de garantizar la máxima disponibilidad de las instalaciones”, afirma Laspalas. No lanzan impulsos eléctricos como las neuronas del cuerpo humano, pero con un simple botón los operadores son capaces de activar y desactivar una instalación situada a decenas de miles de kilómetros de Navarra.
Desde el Cecoer se operan cinco tecnologías sostenibles con una potencia conjunta de 12.269 MW, lo que supone 12 veces la potencia de una central nuclear media. Al año, las diferentes fuentes de energías renovables evitan la emisión de 17 millones de toneladas de CO2. Acciona gestiona un total de 288 parques eólicos –con 7.000 aerogeneradores–, 80 centrales hidroeléctricas, 11 instalaciones fotovoltaicas, 6 plantas termosolares y 5 plantas de biomasa se distribuyen en países como España, Chile, Polonia, Estados Unidos, Sudáfrica, la India o Australia.
En el Cecoer todo es milimétrico. Los cálculos deben ser precisos para que la producción de la energía sea real. En otras palabras, se intenta producir la energía demandada y, por tanto, programada. Ni más, porque la energía (aún) no puede almacenarse, ni menos porque no se cubrirían las necesidades de los usuarios. Para lograrlo, un equipo de expertos desarrolla modelos propios de predicción de viento, agua y radiación solar para anticiparse y lograr el mayor grado de fiabilidad.
Acciona ha instalado aerogeneradores de 3MW en el parque experimental de Vedadillo (Javier Campos)
Sin embargo, Acciona va un paso más allá, y ha alcanzado un hito que parecía imposible en el pasado: ser capaz de reaccionar, con energías renovables, a una exigencia puntual. Esto significa que ante un incremento no previsto de la demanda, todo está preparado para producir una mayor cantidad de energía con rapidez.
Aire más limpioAl año, las diferentes fuentes de energía renovables gestionadas por Acciona evitan la emisión de 17 millones de toneladas de CO2
La tecnología más potente y la integración de equipos –el Cecoer está conectado con otros dos centros de control, en México y Chicago– han permitido que el 55% de las incidencias se solucionen de forma inmediata en remoto. Con un solo clic, los operadores pueden emitir una orden a cualquiera de sus instalaciones. Así opera este cerebro energético con acento ‘pamplonica’.
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